domingo, 14 de abril de 2013

JUSTICIA INDIGENA


 JUSTICIA INDIGENA

El acto de purificación efectuado como sanción a dos presuntos homicidas, el sábado anterior, en la comunidad El Cercado (Imbabura), pone en entredicho la imparcialidad de la justicia indígena.
Ello si se compara la pena impuesta por la asamblea de esa población del cantón Cotacachi a los dos miembros de su comunidad y que incluye otras cuatro sanciones leves, con otros casos de juzgamiento, según costumbres ancestrales, ocurridos en la misma zona y en otros sitios del país.
En otras ocasiones, sobre todo si los acusados no son habitantes del lugar y, peor aún, si son mestizos, los castigos inflingidos rozan el límite de la tortura para delitos mucho menos graves que un presunto asesinato.
Por ejemplo, cuatro meses atrás, la “purificación” de tres mestizos acusados de robar ganado tomó otro matiz y se tornó violenta en la parroquia San Rafael de la Laguna, perteneciente al cantón Otavalo. Para empezar, los acusados fueron retenidos durante una semana por los dirigentes de la comunidad de Huaycopungo.

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